Una Alimentación que Aumenta Tu Belleza

Existen numerosos tratamientos, cirugías y procesos que prometen mejorar nuestra apariencia, pero rara vez se habla de cómo la alimentación puede influir en nuestra belleza y ayudarnos a alcanzar nuestro potencial genético. 

Este video te ofrece precisamente eso: una visión detallada de una dieta que ha sido considerada a lo largo de la historia como la más efectiva para realzar nuestra belleza y simetría. Incluso en diferentes culturas, en el siglo pasado al estudiar las dietas de tribus y grupos étnicos aislados, se observó que estas alteraciones no son únicamente heredadas, sino también adquiridas por malos hábitos alimenticios.

El dr. William Price investigó diversas poblaciones en Sudamérica, Polinesia, África, Australia y Nueva Zelanda, reconociendo gradualmente los elementos comunes en sus dietas que contribuyen a su atractivo. Por ejemplo, estas dietas eran notablemente más ricas en vitaminas hidrosolubles y liposolubles, como las del grupo B, C, A, D, E y K, nutrientes clave para la salud y la belleza.

En primer lugar, no incluye alimentos refinados o procesados, como azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa, grasas hidrogenadas ni aditivos artificiales. Además, se enfoca en consumir alimentos en su estado natural, sin pasteurizar, lo cual puede preservar la flora bacteriana del cuerpo de manera natural.

Otro aspecto importante es el consumo de animales en su totalidad, desde la carne hasta los órganos y la médula ósea, lo que proporciona una amplia gama de nutrientes esenciales. Estas culturas también consumían alimentos ricos en enzimas y bacterias beneficiosas, como vegetales fermentados y productos lácteos no pasteurizados. Además, hacían un uso libre de sales no refinadas y mantenían un equilibrio adecuado entre ácidos grasos omega-3 y omega-6 de las futuras generaciones y su salud, dándole prioridad a las mujeres embarazadas o por concebir y a los niños en desarrollo.

Básicamente, se les otorgaban los alimentos más ricos en nutrientes a las personas que más los necesitaban para garantizar la salud futura de la tribu. Además, muchas de estas culturas preparaban caldos con los huesos del animal, lo que hoy conocemos como «bone broth». Esto no solo proporcionaba una fuente de nutrientes concentrados, sino que también consumían partes del animal más duras de masticar, lo que resultaba en cambios faciales y de desarrollo óseo, especialmente en la mandíbula, los maxilares superiores y los pómulos, además de mantener una piel más sana gracias al aumento en el consumo de colágeno.

El estudio revela como también se incluía el consumo de semillas, granos y frutos secos, pero siempre después de hidratarlos, brotarlos o fermentarlos para reducir la presencia de antinutrientes como el ácido fítico, que pueden interferir con la absorción de minerales. Además, se enfocaban en consumir una cantidad equilibrada de grasas, con un mínimo del 30% de las calorías totales provenientes de grasas, y un balance importante entre grasas saturadas y monoinsaturadas, mientras que solo el 4% de las calorías provenían de grasas poliinsaturadas. Esto es significativo, ya que un desequilibrio en la ingesta de grasas poliinsaturadas puede llevar a un consumo desproporcionado de ácidos grasos omega-6 en comparación con los omega-3, lo que puede generar inflamación y sus consecuencias negativas para la salud.

Además, estas comunidades consumían vino y cerveza en moderadas cantidades, pero no pasteurizados. Sin embargo, la viabilidad de llevar a cabo esta práctica fuera de una comunidad productora puede ser limitada debido a los requisitos regulatorios de la pasteurización en muchos lugares. Se recomienda cocinar con utensilios como ollas de acero inoxidable, hierro fundido, vidrio o cerámica de alta calidad para evitar la ingesta de toxinas.


En cuanto a los beneficios para la belleza, esta dieta, similar a la dieta paleo pero con modificaciones importantes basadas en la evolución humana, puede mejorar la apariencia de varias maneras. En primer lugar, al eliminar los alimentos industrializados se evitan los disruptores hormonales, pesticidas y excesos de azúcares que pueden afectar negativamente el equilibrio hormonal y el metabolismo. Además, al ser rica en alimentos nutritivos y grasas, proporciona vitaminas liposolubles como la vitamina A, D3, E y K2, que son esenciales para la absorción de minerales y la salud ósea.

Un ejemplo destacado es el papel de la vitamina K2 en el desarrollo facial durante el embarazo. La deficiencia de esta vitamina puede conducir a cambios en el desarrollo de la cara y el maxilar, lo que afecta la simetría facial y la estructura ósea en general. El cuidado de la salud durante el período postparto es fundamental para garantizar el bienestar tanto de la madre como del bebé. Este tiempo de recuperación es crucial para que la madre pueda reponer las reservas de nutrientes agotadas durante el embarazo y evitar posibles deficiencias nutricionales. En este sentido, es importante destacar el papel de vitaminas esenciales como la vitamina A, que desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud de la piel y las mucosas, así como en la expresión fenotípica normal.

Cuando hablamos de vitamina A, es común asociarla con la salud visual, pero su importancia va mucho más allá. Una adecuada ingesta de vitamina A es esencial para garantizar la salud de la piel y la mucosa digestiva, lo que contribuye a una apariencia saludable y radiante. Esta vitamina  juega un papel crucial en la expresión de nuestros rasgos físicos, influenciando cómo nos vemos en términos de características observables como la forma de la nariz, la barba o incluso la espalda. En pocas palabras, la vitamina A es esencial para garantizar que nuestro fenotipo se exprese de manera óptima, evitando posibles alteraciones que podrían afectar nuestra apariencia.

Es importante tener en cuenta que no todas las fuentes de vitamina A son iguales. Si bien las verduras como la zanahoria son conocidas por ser ricas en betacaroteno, que nuestro cuerpo puede convertir en vitamina A, esta conversión puede no ser tan eficiente. Por lo tanto, es recomendable incluir fuentes directas de vitamina A en nuestra dieta, como alimentos ricos en grasas, para garantizar una absorción adecuada.

Además de la vitamina A, es crucial prestar atención a otras vitaminas que desempeñan roles significativos en nuestra salud y apariencia física. La vitamina D, por ejemplo, es fundamental para el desarrollo óseo adecuado. Una deficiencia de vitamina D puede tener consecuencias graves, como una menor densidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. Esto no solo afecta la salud de nuestros huesos, sino que también puede influir en la simetría facial y la estructura ósea en general.


Por otro lado, la vitamina E merece atención por su papel como antioxidante. Además de combatir el estrés oxidativo y proteger nuestras células del daño causado por los radicales libres, la vitamina E contribuye a mantener la piel y los tejidos en buen estado. Esto puede traducirse en una apariencia más juvenil y saludable, ya que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y promueve la cicatrización de heridas.

Es importante tener en cuenta que estas vitaminas interactúan entre sí y con otros nutrientes en nuestro cuerpo. Por ejemplo, la vitamina D trabaja en estrecha colaboración con el calcio y el fósforo para fortalecer nuestros huesos, mientras que la vitamina E puede potenciar los efectos de la vitamina C en el sistema inmunológico.

Por lo tanto, mantener un equilibrio adecuado de vitaminas y minerales es esencial para nuestra salud en general y también puede tener un impacto significativo en nuestra apariencia física. Una dieta equilibrada y variada, que incluya una amplia gama de alimentos ricos en nutrientes, es clave para garantizar que estemos obteniendo todos los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente y mantenernos con un aspecto saludable y radiante.

En conclusión, es evidente que una dieta equilibrada y rica en vitaminas desempeña un papel crucial en nuestra apariencia física y bienestar general. Al seleccionar los alimentos que consumimos, debemos prestar atención no solo a su contenido vitamínico, sino también a su calidad y origen. Optar por productos de pastoreo, por ejemplo, nos brinda la oportunidad de obtener nutrientes de alta calidad que pueden beneficiar significativamente nuestra salud y atracción física.

Por lo tanto, te invitamos a que sigas explorando y aprendiendo sobre cómo mejorar tu dieta y estilo de vida para alcanzar tus metas de salud y bienestar.

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