¿Vitiligo? Qué es, causas y el tratamiento con fototerapia o foto exposición

¿Qué es el vitiligo y cuáles son sus causas? Esta es una pregunta que surge con mucha frecuencia cuando hablamos de afecciones cutáneas.

El vitiligo es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la pérdida de pigmentación en ciertas áreas, lo que resulta en la formación de manchas blancas o despigmentadas en la piel. Estas áreas afectadas pueden variar en tamaño y forma, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluyendo el rostro, las manos, los brazos, e incluso en zonas más sensibles como los genitales.

¿Qué causa el vitiligo?

Aunque no se conocen con certeza las causas exactas, se cree que el vitiligo es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico ataca erróneamente a las células que producen pigmento en la piel, conocidas como melanocitos. Esto conduce a la destrucción o inhibición de estos melanocitos, lo que resulta en la pérdida de pigmentación y la aparición de las características manchas blancas en la piel.

Sin embargo, el vitiligo también puede tener factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo. Se ha observado que el vitiligo puede tener un componente hereditario, lo que significa que puede transmitirse de padres a hijos. Además, se han identificado ciertos factores ambientales y desencadenantes que pueden estar asociados con el desarrollo o empeoramiento del vitiligo, como el estrés emocional, lesiones en la piel, exposición a productos químicos, y enfermedades autoinmunes como la tiroiditis y la diabetes.

Uno de los tratamientos que ha tenido mucho interés en los últimos tiempos es la fototerapia.

Para realizar este tratamiento de manera segura y obtener los mejores resultados, hay dos opciones: la fototerapia natural utilizando la luz solar o mediante el uso de una máquina especializada.

La ventaja de la máquina de fototerapia radica en su mayor controlabilidad, ya que emite una radiación constante y el tiempo de exposición se puede regular fácilmente. Por otro lado, la luz solar puede ser más variable según la época del año o la hora del día, lo que dificulta su control.

Es importante realizar la fototerapia de manera progresiva, ya que la exposición se lleva a cabo sin protección solar.

Es común preguntarse si se debe aplicar crema de protección solar antes de la fototerapia, pero esto no tiene sentido ya que se busca que la radiación impacte directamente en las manchas blancas de la piel.

Una recomendación general para iniciar la fototerapia es comenzar con exposiciones cortas, por ejemplo, 30 segundos, y realizar entre tres y cuatro sesiones por semana, dejando al menos un día de descanso entre cada sesión para permitir que la piel se recupere. Un ejemplo sería realizar sesiones los lunes, miércoles y viernes.

Es fundamental seguir este proceso gradual y ajustar la duración de la exposición de acuerdo con la tolerancia individual de cada persona. 


La fototerapia es un proceso que requiere precisión y cuidado para garantizar resultados óptimos sin riesgos para la piel. Se recomienda iniciar con un tiempo de exposición de 30 segundos. Este tiempo ha sido estudiado minuciosamente y se ha determinado que no representa riesgo de quemaduras para ningún tipo de piel, siendo un punto de partida seguro.

Es esencial entender que el objetivo no es provocar quemaduras, sino estimular la piel de manera controlada. Por ello, progresaremos gradualmente, aumentando el tiempo de exposición poco a poco hasta lograr que la mancha blanca adquiera un ligero tono rosado, lo que indica una respuesta adecuada de la piel a la terapia.

Después de cada sesión de fototerapia, es normal que el enrojecimiento no sea inmediato, sino que pueda aparecer horas más tarde. Este enrojecimiento es indicativo de que se ha alcanzado el punto de eritema, el cual es crucial para una fototerapia efectiva.

Para determinar el tiempo de exposición óptimo para cada individuo, es necesario realizar incrementos graduales entre sesiones. Por ejemplo, comenzando con 30 segundos el lunes, aumentando en 10 segundos el miércoles y así sucesivamente.

Es importante analizar cómo reacciona la piel en las horas posteriores a cada sesión para ajustar el tiempo de exposición de manera personalizada. Este tiempo puede variar según diferentes factores individuales, por lo que es fundamental determinarlo con precisión.

El punto de eritema es el objetivo que buscamos alcanzar, ya que en este punto se logra la estimulación suficiente de la piel para una terapia efectiva. Mantener un seguimiento cuidadoso de la respuesta de la piel nos permitirá llegar a este punto de manera segura y eficiente, evitando posibles complicaciones.

La fototerapia es un proceso continuo que requiere compromiso y constancia durante aproximadamente seis meses para lograr resultados significativos. 

Durante este tiempo, es crucial mantener las manchas de la piel en un estado ligeramente rosado, lo que indica que la terapia está siendo efectiva. Es importante destacar que este tono rosado no debe causar molestias ni enrojecimiento excesivo; simplemente indica que la piel está respondiendo de manera adecuada al tratamiento.

Recuerda que antes de comenzar cualquier tratamiento, es fundamental consultar con un médico especialista en dermatología u otro profesional de la salud calificado para obtener un diagnóstico preciso y recibir orientación sobre las opciones de tratamiento más adecuadas para tu caso específico.


Hablemos un poco más sobre cómo realizar la fototerapia utilizando la luz solar. 

Aunque es posible, es necesario comprometerse a realizar la terapia siempre a la misma hora del día y ser rigurosos con el tiempo de exposición. Al igual que con la máquina de fototerapia, es esencial exponer las manchas blancas al sol durante un tiempo suficiente para que adquieran un tono rosado.

Para comenzar, se recomienda una exposición inicial de 5 minutos sin protección solar. Luego, se pueden realizar incrementos de 2 minutos en cada sesión, dejando siempre 24 horas de descanso entre cada exposición para permitir que la piel se recupere. El objetivo es llegar a un punto en el que las manchas adquieran un tono rosado sin causar molestias.

Es importante tener en cuenta que la intensidad del sol puede variar según la ubicación geográfica y la época del año. Por ejemplo, el sol puede ser más fuerte en verano que en invierno, por lo que es necesario adaptar el tiempo de exposición en consecuencia para evitar quemaduras y garantizar una estimulación adecuada de la piel.

Aunque la fototerapia natural puede ser más difícil de controlar que el uso de una máquina, seguir estas pautas ayudará a maximizar los resultados y reducir el riesgo de quemaduras. 

Ten siempre mucha precaución y sigue las recomendaciones para evitar problemas. Recuerda también que existen tratamientos naturales, sin efectos adversos y con un porcentaje alto de efectividad como lo es adios vitiligo

Adiós Vitiligo es un producto completamente natural originario de la selva amazónica colombiana. Este enfoque se centra en abordar las causas subyacentes del vitiligo de manera integral, fortaleciendo el sistema inmunológico y fomentando la regeneración celular en la piel afectada. Aunque los resultados pueden variar de persona a persona, muchos han experimentado mejoras significativas en la pigmentación de la piel y una reducción en la propagación de las manchas de vitiligo.

Lo que hace que Adiós Vitiligo sea atractivo para muchos es su enfoque natural y no invasivo, lo que evita los efectos secundarios asociados con algunos tratamientos convencionales. 

Además, se adapta a las necesidades individuales de cada paciente y atiende a diferentes grupos de edad. Sus resultados prometedores y enfoque holístico lo convierten en una opción atractiva para aquellos que buscan mejorar su calidad de vida.

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